El verano es sin duda una de las mejores épocas para visitar Cantabria. Esta región del norte de España tiene atractivos para todos los gustos pero si eres amante de la aventura, ¡enhorabuena! Estás en el sitio indicado, cualquiera que sea tu nivel de intrepidez. He aquí 10 actividades, la mayoría con opción low cost. Te reto a que las pruebes todas. ¿Te atreves?
CHAPUZÓN EN EL FARO DEL CABALLO
El Faro del Caballo es una diminuta torrecilla con miniembarcadero adosado en las faldas del Monte Buciero, muy cerquita de la pesquera localidad de Santoña (si, la de las anchoas). A él se puede llegar andando un puñado de kilómetros por una bien marcada pista de bosque. Los árboles dan una sombra muy rica, algo de agradecer si calienta Lorenzo. Una vez arriba toca bajar más de 600 escalones irregulares, de hecho creo recordar que casi 700. Y una vez bajados, ¡el paraíso! Si la marea lo permite anímate y date un chapuzón es sus aguas cristalinas, es una gozada. Si puedes bucear ahí ya ni te cuento. Eso sí, acuérdate de tomar agua con azúcar a la vuelta porque las agujetas que te puedes llevar de recuerdo pueden ser épicas. La mejor forma de reducirlas es convenciendo a alguien de que vaya a buscarte en barca para ahorrarte la subida.
VÍAS FERRATAS DE LA COMARCA ASÓN-AGÜERA
En esta preciosa zona de Cantabria oriental, la más cercana al País Vasco, se abrieron las primeras vías ferratas de la región. El Cáliz, justo al lado de Ramales de la Victoria, es ideal para principiantes, el Risco, allá en Matienzo, para los que busquen un poco más de acción. No obstante, en la comunidad autónoma existen otras tres vías ferratas. Dos están en el Desfiladero de La Hermida y la tercera, la más nueva y exigente, en Arredondo. El coste de subirlas es el alquiler del equipo (unos 9 euros) y, si ya lo tienes, cero euros.
Desgraciadamente solo para apta para personas que estén dispuestas a gastarse más de 100 euros por una experiencia de ocho horas. Ahora, ¡qué experiencia! Acompañar a los veterinarios del enrome Parque de Cabárceno para conocer cómo se cuida a los animales que aquí viven en semilibertad y echar una mano. Meterse en el recinto de los osos pardos en Jepp, dar de comer a las jirafas a la boca, regalar manzanas a los elefantitos, acariciar a un rinoceronte o tener un águila imperial en un brazo. Experiencias inolvidables realizadas de forma responsable y casi imposibles de conseguir en ningún otro lugar.
ESPELEOLOGÍA EN LA CUEVA DE CONVENTOSA
Quienes saben afirman que Coventosa es a la espeleología lo que el Mont Blanc al alpinismo. Pero no te asustes ya, hay diferentes niveles y rutas por dentro de esta enorme cueva, busca la que esté a la altura de tus posibilidades. Eso si, fácil que te toque rapelar y saltar entre charcos en la más sencilla de sus vertientes. Si no sabes ni por donde empezar, llama a los guías de la Red de Cuevas del Alto Asón, son bien majos y estarán encantados de ayudarte.
Un plan barato y siempre agradecido es vivaquear en los Picos de Europa, esto es, echarte con tu buen saco de dormir al monte, plantar la esterilla y ale, a ver estrellas hasta caer rendido. Ojo que no digo acampar (con tienda de campaña) sino vivaquear (poner solo un saquito y dejarlo todo impoluto al marcharte). Ideal para combinar con cualquier ruta que empiece, por ejemplo, a la salida del teleférico de Fuente De que por cierto acaba de ser elegida una de las Siete Maravillas Naturales de España en un referendum organizado por una gran compañía de seguros.
Una de las mejores vistas de Santander se tiene desde lo alto de su Peña Cabarga, la de las antenitas que se ve desde la bahía. Subirla es cosa fácil y puede hacerse tranquilamente a pie o en bici en una mañana. Si, también en coche, pero eso le resta mucha gracia. Ahora, ojito con los senderos y por donde te metes que no están señalizados todo lo bien que deberían o, al menos, eso me pareció a mi. Apta para públicos de todas las edades.
La playa de Laredo es una de las mejores de Cantabria para iniciarse en el mundo del surf o del corcho. Por lo general sus olas no asustan, su fondo es bastante llano y hay suficiente espacio para no chocarse con otros deportistas (¡aunque el mar que baña La Salvé cada vez está más disputado!). Si el viento acompaña, también puede ser un fantástico lugar para probar suerte con la vela o el kitesurf, y si no te atreves a meterte solo existen un montón de escuelas que te pondrán las cosas fáciles. Famosa para hacer surf es también la playa de los Locos en Somo (cerca de Santander), pero esa es ya más para pros. ¡Por cierto! En Laredo también hay opción de motar a caballo. Encontrarás cuadras pasado el Hospital dirección El Puntal, a mano izquierda.
Ideal para ciclistas que tienen bien de fondo es hacer el ascenso al Puerto de los Tornos que casi, casi culmina en un mirador. El resto de los mortales pueden optar por hacerlo en coche y, si quieren una recomendación, con prudencia una vez haya anochecido. El manto de estrellas que cubre el lugar es inmenso y precioso, casi a la altura del que puede verse en Picos de Europa. La contaminación lumínica en esta zona es prácticamente anecdótica.
BAJADA A LA PLAYA DE SOMOCUEVAS
Alrededor de Santander existen multitud de playas salvajes o semisalvajes. Somocuevas, quizá mi favorita. El acceso no es sencillísimo pero si posible (tampoco vas a morir haciéndolo, no te asustes) y si hace viento siempre te puedes ir al otro lado de la playa, pues una suerte de duna natural la parte a la mitad. Este es un pequeño gran paraíso. Justo al lado están las playas de La Arnía y Covachos, muy distintas y bonitas también, y el Parque Natural de Las Dunas de Liencres que regala uno de los atardeceres más bellos de la región.
¿La visita normal a la bellísima cueva del Soplao se te queda pequeña? Entonces prueba su modo aventura, más caro pero también más largo. Te atavían rollo minero, te ponen un gorrito con luz y ale, a adentrarte en partes de la gruta que están fuera del recorrido del turista normal. No requiere grandes destrezas ni hacer cosas raras, es espeleo superlight, ideal para practicar en familia. Ahora, se descubren lugares muy bonitos, y estalactitas tanto o más rocambolescas que las que se ven con la entrada simple.
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Un comentario en “10 aventuras para un verano en Cantabria”