Guía rápida de Berlín (o cómo preparar un viaje en 5 minutos)

Berlín es firme candidata a convertirse en una de mis ciudades favoritas de Europa. En esta urbe que el siglo XX marcara a sangre y fuego aún es patente la diferencia entre este y oeste y, aunque el muro cayera décadas atrás, aún se puede pasear bajo su sombra que recuerda sutilmente que en este lugar nunca hubo tanta libertad como en la época presente. Viva, natural y con mucha personalidad, la capital de Alemania tiene más de bohemia que de institucional, sobre todo si te dejas caer por los barrios adecuados. Lo puedo decir más alto pero no más claro: me encanta.

Atardecer sbre bar de Berlín este

COMO LLEGAR. Para mi, la opción más rápida y barata de llegar a Berlín es tomar un avión de Vueling. Esta compañía lowcost tiene conexión directa con el aeropuerto de Tegel, ubicado a unos 30 minutos del centro de la urbe. Podrás volar sin escala hasta aquí desde Bilbao y Barcelona, haciendo parada desde un sin fin de puntos más. Para ir de un solo vuelo desde Madrid echa un vistazo en EasyJet.

DÓNDE DORMIR. El Sunflower Hostel es en mi opinión una apuesta segura. Está ubicado en el barrio de Friedrichshain, a tiro de piedra de la estación de metro y tren de Warschauer Str y a una distancia caminable de Kreuzberg (5-10 minutos) y de la East Side Gallery. Tiene un montón de habitaciones diferentes (¡está decorad con graffitis!), sus instalaciones están limpias y el ambiente es buenísimo. Yo si vuelvo me quedo aquí otra vez seguro pero vamos, siéntete libre de hospedarte donde te apetezca, ¡faltaría más!  

QUÉ VER. Berlín es una ciudad inmensa con miles de cosas que ver (así que si estas no te mtivan busca otras porque las hay). No te pierdas la East Side Gallery, la parte del muro que contiene sus murales más famosos. Tampoco puedes dejar de visitar la Puerta de Brandemburgo (preciosa al caer el sol) ni la Cúpula del Reichstag (de entrada gratuita reservando con antelación). Detrás de ellos está el Denkmal für die ermordeten Juden Europas (Holocaust-Mahnmal), el Monumento a los judíos de Europa asesinados (Monumento del Holocausto), una enorme instalación de bloques de hormigón que me parece tiene bastante poca gracia.

Cúpula del Reichstag, Berlín

Personalmente me enamoró el pintoresco y muy artístico barrio de Kreuzberg, y me gustó mucho caminar por la rivera del Spree mientras el atardecer volvía rojas sus aguas. Los parques de Tiergarten y Treptower son una opción excelente para relajarse si el tiempo acompaña. Ojo con el último, en el encontrarás un curiosísimo parque de atracciones abandonado, ¡con noria y todo! Es de entrada gratuita, si encuentras la entrada claro. Los amantes de la cultura encerrada adorarán la Isla de los Museos. Para mi, su mejor instalación es el Museo de Pérgamo donde además de las Puertas de Babilonia descansa el exquisito altar de Pérgamo.

Atardecer sobre el Spree, Berlín

POR DÓNDE SALIR DE FIESTA. Dicen de Nueva York que es la ciudad que nunca duerme pero podrían afirmar exactamente lo mismo de Berlín. Esta inmensa urbe tienen marcha para rato y ambientes para todos los gustos. A mi me encantó el del barrio de Kreuzberg (ya te he dicho que este lugar me conquistó desde el minuto cero), donde pasé muchas horas en el Clash, un gigantesco garito de música heavy con un horario de cierre más que flexible. Igualmente me gustó el Café Zapata, ubicado en el barrio de Mitte, aunque según mis últimas informaciones este garito está ahora cerrado. Una pena, su pista era perfecta para improvisar un rock & roll. 

East Side Gallery, Muro de Berlín

QUÉ COMER. Aunque no te puedes ir de la capital de Alemania sin tomar una currywurst o cualquier otra wurst que se te antoje, en esta ciudad encontrarás chiringos, bares y restaurantes que preparan comida de medio mundo. En ella hay casi tantos kebabs como personas, así como un sin fin de asiáticos (tailandeses, vietnamitas, japoneses, etc.) y mexicanos. ¡Y pollerías! No veas si reparan los chickens bien en las aparentemente ruinosas pollerías.

Aunque de viandas diferentes, casi todos tienen algo en común: son baratos. Por menos de 10 euros (de 5 en muchas ocasiones), podrás alimentarte bueno y bonito. Ojo al pedir cerveza, lo más seguro es que la básica sea de medio litro (que no es cara, pero así de entrada puede ser mucha). De todos los lugares en los que comí recomendaría dos: el Buddha’s Kitchen (en Falckensteinstr. 42), un vietnamita precioso y con terraza donde nos pusimos las botas por menos de 10 euros (¡dos personas!), y el New Deli Yoga (Falckensteinstr. 37), un café en el que las bebidas llevan bigote y sirven las mejores galletas de jengibre que he probado en mi vida. 

New Deli Yoga, Berlín

Para viajar a Berlín con un conocimiento mínimo de alemán, no te pierdas Alemán para pardillos. Prohibido angustarite si no puedes memorizar todo, podrás manejarte en inglés sin apenas problemas, si me apuras, sonries y gesticulas mucho hasta en castellano.

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