Coventosa, espeleología de verdad en el Parque de los Collados del Asón

Coventosa, para el común de los mortales un nombre desconocido (o casi), para los aficionados a la espeleología todo un referente. Si la aventura del Soplao se te quedó pequeña, anímate a probar suerte en este sistema subterráneo cuyo tramo visitable con guía es de 1,5 kilómetros e incluye un rapel fácil de 15 metros que te hará descender a ciegas en la oscuridad.

No te me asustes antes de empezar. La dificultad de esta excursión subterránea es media. Resulta apta para cualquier persona con un mínimo de forma física y sin claustrofobia. Si como yo por aquel entonces nunca has hecho un rapel pero no te dan miedo las alturas no deberías tener problema (¡cuidado con el escarpe de más de 65 metros de caída que quedará a tu derecha!). Y no, tampoco aquí tendrás que arrastrarte por pasillos estrechos como si estuvieras en un videojuego. Sólo hay un paso en el que sí que tendrás que ir agachado pero es ancho por los laterales y se supera en diez segundos.

Después de eso todo es espacio porque, otra cosa no, pero aire en esta cueva hay para aburrir. Sus cavidades son enormes y están llenas de formaciones curiosas. Estalactitas en el techo, estalagmitas en el suelo, generosas coladas, anchas columnas y agua, también agua, aunque sólo en sitios puntuales. Acuérdate: simplificando mucho las formaciones blancas llevan calcio, las ocre hierro y las grises magnesio o manganeso.

Disfruta de la Sala de las Columnas, de la de los Fantasmas y de la de los Lapiceros, también conocida como la de los Crayons por los cursis (mira arriba y mira abajo con atención, ¡aquí se derrumbó una vez el techo!). Durante tu camino no olvides saludar al enanito ni al fantasma de Conventosa que, si eres cuidadoso, no tendrá problema en dejarse fotografiar contigo. Y, como casi siempre, aguarda hasta el final para llegar a la estancia más bonita: la Sala del Espejo. Una pequeña boca en la que las estalactitas se miran con elegancia en el estanque que se forma a sus pies.

No te pierdas las formaciones coraloides que irás encontrando a lo largo del paseo (¡si! Parecidas a las que puedes observar al subir la vía ferrata de El Risco) ni las calizas arrecifales con toucasias y orbitolinas, esto es, las rocas con restos de ostras y mejillones incrustrados que recuerdan que, hace muchos años, esta zona era de clima tropical.

Prepárate para cuando, después de dos horas bajo tierra a 12 grados y con la sola iluminación de la lamparita de tu casco minero, vuelvas a la superficie: un mundo de color se abrirá ante tus ojos. Momento perfecto para echar la vista alrededor y contemplar las tres áreas geográficas protegidas que acompañarán tu vuelta por el camino de carretas (que bien podía llamarse de cabras) de Val de Asón: la montaña oriental de Cantabria (en frente), el valle del río Asón (abajo) y el Parque de los Collados del Asón (encima).

Y si te quedas con ganas de más recuerda que te encuentras en el paraíso europeo de las cuevas. En 30 kilómetros a la redonda hay al menos 9.000 cuevas descubiertas y, según las estimaciones de los expertos de la Red de Cuevas de Alto Asón, son sólo un tercio del inmenso patrimonio subterráneo de Cantabria que aún queda por descubrir.

PARA ESPELEÓLOGOS EXPERTOS

Si eres novato en esto de las grutas lo ideal es que te hagas con los servicios de uno de los guías de la Red de Cuevas de Alto Asón (el precio del espeleopaseo oscila entre los 20 y los 10 euros por persona, dependiendo del tamaño del grupo). Si son todos como Martín no sólo te ayudarán a superar esta aventura si no que, además, te descubrirán los secretos mejor guardados de techos, paredes y suelos. Pero puede ser que tú ya sepas de qué va ésto y tengas los conocimientos técnicos y la capacidad física adecuada para adentrarte en Coventosa por tu cuenta.

En ese caso no tendrás que hacer pago alguno por la expedición. Basta con que estés federado y pidas permiso al Gobierno de Cantabria para realizarla. Eso sí, mucho ojo. Recorrer sus 35 kilómetros no es moco de pavo, de hecho, este sistema de cuatro niveles cuenta con el mayor número de rescates realizados. Lo que un guía puede hacer en 10 horas a algunos les ha llevado 20, 25 o incluso más. El record por lo visto lo ostenta un grupo de portugueses que tardó más de 30 horas en superar la prueba. Y eso gracias a que, dada la voz de alarma por su prolongada ausencia, entraron a buscarles. Como muy gráficamente describió el amigo Martín, “Coventosa es a la espeleología lo que el Mont Blanc al alpinismo”. Así que mucho cuidadito si se te ocurre abordarla por libre.

Para hacerte una mejor idea de cómo es la travesía por Coventosa echa un vistazo a los videos de Diario de un mentiroso (@diariomentiroso). Los encontrarás en http://www.decuevas.es/html/coventosa.htm, pinchando en Espeleopaseo por la cueva Coventosa, vídeo parte I y Espeleopaseo por la cueva Coventosa, vídeo parte II.

3 comentarios en “Coventosa, espeleología de verdad en el Parque de los Collados del Asón

    1. A mi (que no me entusiasman nada las cuevas ni los espacios cerrados) me pareció una aventurilla de lo más interesante. Yo la recomiendo sin duda porque, además, es algo ‘diferente’ (y no está llena de turistas). Y no sólo hay esta cueva, ¡hay muchísimas más!

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