Londres con nocturnidad y alevosía

Porque de noche te vistes de colores, me gustas, Londres.

The Shard es el edificio más alto de la Unión Europea. También el último rascacielos construido en Londres. Tiene una altura de 309 metros, 87 pisos, y 44 ascensores. Su nombre significa esquirla.

Es un diseño del arquitecto Renzo Piano y tuvo un coste de contratación de 435 millones de libras (unos 550 millones de euros, aproximadamente). Además de oficinas y residencias privadas, alberga el Shangri-La Hotel, la Warwick Business School, y la sede de Al Jazeera English en Reino Unido.

Entre sus pisos 68 – 72 se encuentra The View from the Shard, un mirador abierto al público en febrero de 2013. Su entrada más barata cuesta 24,95 libras (casi 32 euros) por adulto, 18,95 libras (unos 24 euros) por niño reservando on line. En puerta la broma sale por 29,95 y 23,95 libras (37,8 y 30 euros), respectivamente.

Al pensar en el Big Ben todo el mundo visualiza la Elizabeth Tower, anteriormente Clock Tower o torre del reloj. Técnicamente, el Big Ben está en el interior de esta atalaya: es la campana que resuena en la torre norte del Palacio de Westminster, la misma a la que todos nos referimos errónea y cariñosamente como Big Ben.

Las Houses of The Parliament o Casas del Parlamento están adosadas a la Elizabeth Tower, el Big Ben para los amigos. En realidad, tampoco se llaman así. Houses of The Parliament es el nombre que comúnmente se da al Palacio de Westminster, sede del Parlamento de Reino Unido, donde se encentran las cámaras de los comunes (House of Commons) y la de los señores (House of Lords). Reservando con antelación se puede asistir gratuitamente a un debate parlamentario.

Esta es una de las vistas que enfrenta el Palacio de Westminster: un moderno skyline, un anchísimo Támesis y una arbolada magnífica para pasear.

Además de a sonar, el Big Ben se dedica a vigilar al London Eye o Millennium Wheel, literalmente Rueda del Milenio. La noria de Marks Barfield Architects empezó a girar en el año 2000. Aunque su diámetro es de 120 metros, su altura alcanza los 135. Su coste de construcción fueron 70 millones de libras (unos 88 millones de euros).

Hasta que se abrió The View from the Shard, el London Eye era el mirador más alto de la ciudad. A día de hoy sigue siendo su atracción de pago más visitada, con la friolera de más de 3 millones y medio de visitantes al año. Comprada por Internet su entrada más barata cuesta 18,85 libras (casi 24 euros) por adulto, 13,50 libras (17 euros) por niño.

Mientras tanto, al otro lado de la ciudad el Tower Bridge sigue uniendo las dos orillas del Támesis. Ahí lleva más de 120 años, desde el 30 de junio de 1894, y no parece que se vaya a marchar. Sigue abriéndose en dos para que pasen los barcos en un espectáculo casi cotidiano, digno de ver. Se puede cruzar gratis a pie, en bici o en coche, y subir arriba previo abono de 8 libras (unos 10 euros), precio adulto.

El transporte público londinense brinda una oportunidad preciosa para leer el periódico, las ediciones vespertinas a la venta en Liverpool Street la esperanza en que la profesión aún tiene ganas de resistir. Disfrútalas, son gratis.

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