La isla de Koh Phangan es famosa por celebrar cada luna llena la concurridísima Full Moon Party, una fiesta multitudinaria que congrega a viajeros de medio mundo en la playa de Haad Rin para bailar hasta perder el conocimiento, muchas veces literalmente. Pero no es eso lo que yo he venido buscando hasta aquí. De hecho, he dejado pasar a propósito el evento de agosto porque semejante berenjenal a estas alturas de la vida apenas me interesa.
No fueron pocos los que me dijeron que en Koh Phangan me iba a aburrir. Todo lo contrario. En Koh Phangan he encontrado exactamente lo que viene a buscar a Tailandia: un bungalow low cost a pie de playa con hamaca en el porche. Tranquilidad, un lugar donde escribir bajo una palmera con vistas al mar y ajena a los ritmos frenéticos que tanto nos gustan en occidente.
Eso y una jungla exuberante. Y fiesta siempre que quiero, y una moto. Si, una moto. Yo que renegué hasta el infinito de ir motorizada durante mi estancia en el país de las sonrisas ahora tengo mi propia Scooter alquilada para más de dos semanas, el tiempo que he decidido pasar aquí. Básicamente todo el que me queda en Tailandia. Voy y vengo cuando quiero, exploro, estoy encantada.
La prueba: Cristina E. Lozano en moto por Koh Phangan (Tailandia)
Ahora un día en mi vida es más o menos así. Me levanto con las primeras luces y hago un poco de ejercicio. Depende el día voy a correr o hago yoga junto al mar. Después curro hasta que se tercie, casi siempre con una flor en el pelo. Escribo hasta que la musa se marcha y cuando llega el momento salgo a fotografiar. Los atardeceres que me regala esta isla cuando se le antoja son de postal. Digo cuando se le antoja porque muy a mi pesar suele estar más nublado de lo que me gustaría. A veces llueve, pero con eso contaba. Es lo que tiene viajar a Tailandia en rainny season (estación lluviosa).
Desayuno, como y ceno cuando tengo hambre. A veces en los puestos de la calle o en el mercado nocturno de Thong Sala, a veces en algún restaurante que me entra por el ojo. Si me apetece reponer energías sobre la arena de la playa acudo al 7/11. De zumos y batidos me he hecho superfan. Aquí tienen mejor precio que en cualquier otro sitio del país. En el restaurante de mi resort mochilero preparan uno de coco que se te va la olla.
Cuando llega la hora de dormir me acuesto en la cama doble de mi cabañita de madera llena de graffitis y me dejo arrullar por las olas del mar. Lo último que leo cada día es imagine there’s no countries, and no religion too, una frase de Jonh Lennon que alguien dejó escrita en mi pared bajo un símbolo de la paz.
AMBIENTE EN KOH PHANGAN
También salgo de fiesta a ratos. Además de la dichosa Full Moon Party en este enclave vacacional mil veces más tranquilo que Koh Samui y con un rollo mucho mas bohemio que Koh Tao se organiza un sarado para celebrar cada fase lunar. Hay black moon y half moons. Y Jungle Experience, y Shiva Parties, y Waterfall Parties, y 80 garitos más que organizan sus propios eventos casi a diario. Fiesta no falta en este sitio, eso seguro.
Pero paz tampoco. Todo el que quiera puede disfrutar de este paraíso casi natural al margen del circuito de borracheras nocturnas a excepción de si uno viene en época de Full Moon Party, cosa que es bastante estúpida si no se tienen intención de asistir pues en ese momento el sitio se masifica, se vuelve difícil encontrar alojamiento y todo cuesta más caro.
Quizá en el norte están las mejores playas para bañarse. Para descubrirlas es casi condición sine qua non disponer de una moto que se alquila a razón de 100 o 150 baths al día (entre 2,3 y 3,5 euros). Si no toca tirar de taxi o de barquitos y si uno es malo regateando puede salirle muy caro.
A pesar de tener las cuestas de la muerte, el relativo buen estado de las carreteras de cemento y el tráfico tranquilo hacen de esta isla un buen lugar para debutar como motorista. Y lo digo yo, una persona que no tenía ningún entusiasmo por subirse a la moto y que contra todo pronóstico aquí ha terminado adorándola. Mi moto y yo juntas podemos ir al fin del mundo, cuanto menos al fin de Koh Phangan siempre y cuando no haya arena en el camino.
MAL SITIO PARA BUCEAR
Koh Phangan no es lugar de buceo. Se puede hacer, pero si quieres bucear lo suyo es ir a Koh Tao pues aquí te van a llevar prácticamente a los mismos puntos de inmersión de la isla vecina pero cobrándote el doble en concepto de viaje. Tampoco es idílica para el snorkel, los fondos no son tan ricos ni tan claros pero se puede intentar. Mucho mejor hacer kayak por ejemplo.
Masajes, clases de muay thai, trekkings por tu cuenta, escuelas de yoga y meditación, visita al Parque Nacional Marino de Angthong. Se puede subir en elefante también, pero los parques en los que yo les he visto por fuera se ve clarísimamente como los paquidermos no son felices y por tanto no se merecen mi recomendación. Cervezas y buckets tienes para aburrir si lo deseas. Gente cool y un poco loca también, colgados y artistas de medio mundo. Turistas pero no ambiente español. Que habemus españoles aquí pero gracias a Buda no somos legión.
Koh Phangan es una isla para relajarse, es una isla para perderse, es una isla para disfrutar con toda la calma del mundo. Y eso es exactamente lo que pienso hacer todo el tiempo que tenga la suerte de pasar aquí.
(*) NOTA. Este artículo ha sido íntegramente escrito desde una hamaca. MI hamaca.
* * * * * * *
Viaja en mi Mochila en directo a través de Twitter, Facebook, Instagram y YOUTUBE. Si lo prefieres, suscríbete al boletín mensual y recibirás la información más relevante por e-mail una vez al mes. Todas y cada una de las opciones son válidas, gratuitas y contribuyen a que esta web pueda seguir generando contenidos. Apúntate, ¿a qué esperas?
Me alegra mucho que encontraras tu lugar en Tailandia, disfruta de estas dos semanas y a darle chicha a esa moto, no dejes ningún rincón sin descubrir.
PD: Como me vuelvas a cambiar el nombre, dejo de leerte y comentarte….jajaja Rocio, me dice la tía.
Un Abrazo, Rosa. =P
Ya decía yo que Rocio no me sonaba nada… Pero vi el Ro y dije, pues Rocio, está clarísimo. Ja ja ja. Mil perdones guapa. La brisa de las palmeras al pasar con la moto me confunde 😉