Lumphini Home Stay, servicio de zulos en Bangkok

Tan pronto el hombre abrió la puerta del cuarto de escobas que sería mi habitación en el Lumphini Home Stay de Bangkok pensé yo no duermo aquí tres noches seguidas. “Es justo de tu tamaño”, bromeó el chico del hostel, un europeo del este bastante estúpido que lo mismo te saluda que no, que te ignora o que simplemente no está. Al menos no mentía, era justo de mi tamaño: ¡solo cabía yo! (NOTA: El color de las fotos que verás a continuación es el real. Las habitaciones son amarillentas y tristes a más no poder).

Las habitaciones del Lumphini Home Stay que en realidad se llama Home Stay (sospecho que hay un trasfondo legal un tanto turbio que explica esta realidad) son diminutas, lo más parecido a un zulo que he visto en mi vida. La mía, la A3, creo que era especialmente pequeña: solo cabía una cama, un ventilador, una papelera y una suerte de minisilla. La anchura exacta de esta caja era mis brazos estirados más un codo de ancho (yo no llego a 1,70 de altura) y una cama y media de largo, puede que un pelin menos.

Por supuesto no tenía ventanas, solo una suerte de rejas-respiradero en la parte de arriba que daban al pasillo. Gracias a ellas no he muerto asfixiada de calor y he sabido en todo momento lo que hacían mis vecinos pues se oye todo, todito, todo. Vamos, un sitio ideal de la muerte si quieres hacerte a la idea de lo que se siente dentro de un ataúd. Muy Marnix Hotel a pesar de no estar en un sótano (aunque por la luz que tiene lo parece).

Pero no todo es malo en el Lumphini Home Stay. Al menos el lugar esta bastante limpio, también el baño, una esquina-ducha fantástica compartida con el resto de huéspedes. La toalla está incluida en el precio, algo es algo. El WIFI funciona muy bien (la red es 3bbhotspot, la contraseña syrup34/8). Si no te va baja y resetea el modem con toda tu cara.

ÚNICO HOSTEL DE BANGKOK CON HUSKIES SIBERIANOS

Lo mejor de este albergue es el zoo que el hombre más antipático del país tiene montado en la entrada. Durante el día podrás disfrutar de la compañía de una pareja de huskys siberanos que intentan escapar del bochorno de Bangkok frente al ventilador. También de las ardillas, ardillas batamanta, pájaros y peces de recepción. Tremendo. Los bichos son mil veces más agradables que su amo lo cual tampoco es muy difícil porque es realmente antipático.

¿El precio? Calcula unos 180 baths por noche (aproximadamente 4 euros) en habitación individual, aunque varia según al hombre le sale de las narices. Es ajustado aunque menos que el de otros hostels de la zona. De hecho, si sigues por la carretera principal (la Ngam Diphli Alley) y te metes por la primera a la izquierda y luego en el callejón de la derecha encontrarás un montón de sitios más acogedores de ese precio o inferior.

BUSCA OTRO HOSTEL, ESTE ES UNA MIERDA

En toda la zona hay tantos hostels y hotelesque me parece casi imposible que no encuentres hogar casi al momento (aunque llegues sin reserva). Y la zona mola mucho, está cerca del metro, del barrio chino y del Lumphini Park. Es bastante más tranquila que Khao San Road (a donde puedes llegar en taxi por 80 baths o menos), de hecho no tiene nada que ver. A mi me parecio bastante thai, con los extranjeros suficientes para no sentirme una guiri total. La vi muy segura.

Pero insisto, mucho ojo. El Lumphini Home Stay es uno de los sitios que aparecen en Hostelbookers (los otros no están, basta con que te pases y pidas una habitación), razón por la que muchos hemos acabado aquí para después cambiarnos sobre la marcha, normalmente cuando viene otra viajero y nos dice lo que hay. Yo no volvería a quedarme aquí ni harta de vino. ¡Avisado estás!

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