Una visita a Cuenca no sería completa si uno no degusta la gastronomía local. Los bares de la Plaza Mayor se animan a la hora del vermú donde vinito o caña vienen acompañados de tapa a un precio muy razonables (poco más de un euro por consumición).
No te pierdas el tinto de la casa del restuarante San Juan Plaza Mayor y diviértete con la decoración de la Taberna El Botijo. ¿Eres capaz de contar todas las llaves colgadas sobre el dintel de la puerta de entrada? Apuesto a que después de tres cañas no.
Pero, importante, ¿qué tiene uno que probar en Cuenca? Pues bien, entre otras delicatessen, especialidades de la zona son el ajoarriero, el morteruelo y el zarajo. El primero es una suerte de puré de patata con bacalao, el segundo una especie de masa-paté de ciervo y algunas cosas más, y el tercero se compone básicamente de tripas de cordero, según nos explicó una amable camarera.
Todos y cada uno de los platos nos encantaron (sobre todo el morteruelo y el zarajo) así que solo puedo haceros una recomendación: no os dejéis asustar por lo de ‘tripas de cordero’. Por la presentación yo nunca hubiera pensado que el zarajo sería eso. ¡Tenía una pinta tremenda! Y sabía aún mejor.
En la taberna La Tinaja (Calle del Obispo Valero 4) encontramos un plato degustación que incluía una ración de ajoarriero y otra de morteruelo (bastante generosas ambas dos) y cuatro piezas de zarajo. Ideal para dos personas. Su precio fue 12 euros y lo recomendamos a todo el mundo (no así el plato de matanza que nos pareció más bien escaso y con demasiadas patatas, ¿desde cuando se matan patatas? En fin).
No obstante investigad, comparad y entrad donde os pegue el ojo (nosotros nos quedamos con ganas de probar alguna cosita más en El Secreto, situado en la Calle Alfonso VIII 81, local cuya tapa se hizo con el primer premio durante la IV Semana de la Tapa de Cuenca). Seguro que hay un montón de restaurantes en los que se come fenomenal.