Alojamiento de lujo en Chiang Mai por 200 baths (4,6 euros)

Dentro de las murallas de Chiang Mai, la segunda ciudad más grande de Tailandia, se puede dormir de lujo a precio mochilero. 200 baths (4,6 euros aproximadamente) por noche fue el coste de mi preciosa, enorme y privada habitación intra muros en la Kradung Nga House o Baan Kra Dung Nga, una pequeña guest house ubicada muy cerca del Wat Phra Singh, a 15 – 20 minutos a pie de Tha Phae Gate donde se encuentra el mercadillo y el ambiente por a noche.

Aviso y subrayo que nos conocemos: recomiendo este hostel a personas conscientes de los servicios que se pueden esperar por 4,6 euros. En España nadie vende duros a cuatro pesetas, en Tailandia tampoco. Por muy bonito que parezca en la foto, este no es un hotel de cinco estrellas lo que no quita para que yo estuviese encantada y, por tanto, te lo recomiende si viajas en plan económico. ¡Por 200 baths no podría pedir más! De hecho, me hubiese conformado con bastante menos.

Kradung Nga House. Chiang Mai (Tailandia)

Mi habitación en la Kradung Nga House estaba en la primera planta del edificio de madera del complejo (el que está a mano derecha). Era sumamente amplia, luminosa y preciosa, tan preciosa que pensé que no podría pagarla pues el cartel de abajo indica habitaciones entre 450 y 700 baths (entre 10 y 15 euros). La mujer me preguntó cuantos días iba a estar. Yo dije seis por decir algo y me pidió 250 baths por noche. Yo dije 200. Ella dijo vale y así comenzó nuestra bonita historia basada en sonrisas, hellos y kob khun khaaas.

Arreglado el asunto del dinero me quedo con el cuarto precioso y sus tres ventanas al exterior, sus camas nuevas y sus mosquiteras inmaculadas. Dormir con mosquitera es más difícil de lo que parece pero me resulta una idea tan romántica como novedosa. También me encanta, sobre todo si la mosquitera es tan mona como esta (si, soy feliz con muy poco, para que luego digan que me quejo por todo). Hay luz eléctrica (que se va puntualmente por espacio de un minuto no más), perchero, cajoneras y una conexión WIFI con bastante velocidad.

VENTILADOR SI, AIRE ACONDICIONADO NO

Lo que no tenía mi cuarto era aire acondicionado, algo que para mi no es vital. Lo que tenía era un ventilador de tres velocidades que podía ponerse en modo fijo o giratorio. Me ofrecieron un segundo ventilador pero no me hizo falta, es más, ni siquiera puse el ventilador todas las noches y las que lo puse fue por el vicio de dormir con manta. La habitación, quizá por estar construida con madera, me resultó bastante fresca por la noche.

Kradung Nga House. Chiang Mai (Tailandia)

Sin embargo, la misma madera que a mi me da frescor a otras personas puede resultar inquietante: entre sus tablas hay espacio para que se cuelen un montón de bichos. En algunas partes pasa la luz o se podría llegar a ver desde el exterior. Yo no vi bicho alguno más allá de los mosquitos que, no obstante, no me pareció que acudieran en masa. Por si acaso coloca bien la mosquitera antes de dormir.

Más aún, la madera permite el paso de muchos ruidos, cosa que puede ser una bendición o un fastidio. Yo me quedo con lo primero: me encantaba acostarme escuchando las ranas y despertarme con el sonido de los pájaros (no tanto con el de las obras de debajo). Una vez más a mi esto no me pareció un problema pero puede que haya a mucha gente que si y no pasa nada. ¡Faltaría más!

EL BAÑO, LO PEOR

Lo peor de la Kradung Nga House es el cuarto de baño, en mi caso compartido. Para empezar no tiene agua caliente, cosa que de nuevo en este país no me supone un problema. El problema para mi es que su esquina-ducha tiene poca fuerza, más bien ninguna. Lavarse el pelo aquí es un infierno. Tampoco tiene lavabo lo que te obliga a lavarte los dientes en la ducha y peinarte en el espejo de cuerpo entero de la habitación. A última hora se fundió la luz así que me dieron un farolillo por si quería ir por la noche. Eso sí, limpio estaba, bichos cero y las toallas venían incluidas en el precio del alojamiento (y esto por 4,6 euros).

Mi teoría sobre este baño tan incompleto es que el alojamiento no está terminado del todo cosa que a mi no me quita el sueño mientras me sigan dando un cuarto tan mono a un precio de risa. El resto de mi edificio estaba decorado con mucho gusto y fuera tenía una suerte de cenadores en los que poder echar la siesta, leer o comer más o menos cerca. A mi me hicieron las veces de miniparque (muy, muy miniparque), ya que en Chiang Mai a penas hay espacios verdes, desde luego ninguno dentro de las murallas. La bici se podía aparcar sin problemas dentro del complejo (la bici de la foto es de adorno, no la mía aparcada).

Kradung Nga House. Chiang Mai (Tailandia)

Esta casita hostal y la otra que hay fuera (y parece bastante más consistente) la regenta una tailandesa que se llama Peeen (a mi todas las tailandesas me dicen que se llaman Peeen, empiezo a sospechar que o Peeen es un nombre muy común o que tenemos un fallo de comunicación muy grande). Peeen vive aquí con un gato que se llama Miau Miau y que si para ti no es problema paseará libremente por la instalación (aunque casi no se le ve hasta el cuarto día. A partir de entonces se hace tu amigo). A mi me pareció un amor de mujer. Durante toda mi estancia se desvivió por que estuviera contenta. Yo le decía todo el rato que estaba muy bien y que el sitio era precioso para que se quedara tranquila, no tengo claro si funcionó. Espero que sí.

CÓMO LLEGAR

Descubrí la Kradung Nga House sobre la marcha y no tengo nada claro que sea lo suficientemente famosa como para que lo encuentren los taxis y tuk tuks. Una apuesta segura es pedir que te lleven al Gongkaew Huenkum (Sinharat Road Lane 3), el hostel que está justo al lado. La Kradung Nga House es el siguiente edificio a la derecha si te colocas frente a la puerta del otro hostel.

Kradung Nga House. Chiang Mai (Tailandia)

La zona de la Kradung Nga House no es la más céntrica de Chiang Mai pero a me resultó muy agradable (y si este alojamiento no te gusta hay muchos más, ¡y en algunos pone cama desde 100 baths!). Justo al lado del hostel hay un café (el Birds Nest) super chill out, con mucha info de historias alternativas (yoga, meditación, etc.), libros, guitarras y cojines en el suelo. Hace unas tortitas de platano y frutas que se te va la olla. Todo es orgánico.

Más adelante hay una lavandería en el que por 50 baths el kilo te dejan la ropa perfecta (por 30 si le echas un poco de cara y tus cosas no pesan más de 500 gramos); y entre el café y la lavandería una tienda de alquiler de motos (300 baths dos días) y bicis (60 baths -1,3 euros- dos días o 120 baths -2,7 euros- 5 días). A minuto y medio en la Singharat Road tienes un montón de bares, restaurantes, templos, agencias de trekking y 7/11 (cadena de tiendas de lo básico). Ahora, si quieres marcha nocturna mejor quédate cerca de Phra Sing.

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