Si hay algo que a los tailandeses les gusta más que el picante eso es el fuego, de ahí que al caer la noche se enciendan tantas playas del golfo del Tailandia. Entonces los artistas prenden sus malabares incendiarios para volver amarilla la oscuridad de Koh Samui, Koh Phangan o Koh Tao. El público observar absorto su habilidad (o no), danza hipnótica la suya que da gusto contemplar a una distancia prudencial. Aunque el baile te hechice no te acerques demasiado o podrías acabar quemado, literalmente.
Con frecuencia en fiestas y bares el fuego se convierte en una atracción más, en una actividad que traspasa los límites del espectáculo. No te extrañe ver personas saltando a la comba en llamas, generalmente con recompensa si dan equis botes o aguantan un tiempo determinado dentro. El premio suele ser alcohol: un trago, un bucket o una cerveza. Algunos se van bebidos a casa, otros con un tatuaje en la piel.
Los malabaristas son hombres muy jóvenes, adolescentes que en algunos casos dudo tengan 18 años. Nunca vi una mujer. ¿Su retribución? La propina de los espectadores y puede que algo en especia del garito en el que estén haciendo su show.
Para el viajero el espectáculo es gratuito, basta con que abone su consumición en la barra de turno (aunque también puede echarle cara y quedarse mirando sin más). No seas rata, los chavales se merecen unos baths, aunque solo sea por el riesgo al que se exponen. En los casi tres meses que he pasado en Tailandia ya he visto salir corriendo al agua a más de uno. Pobre.
Viaja en mi Mochila en directo a través de Twitter, Facebook, Instagram y YOUTUBE. Si lo prefieres, suscríbete al boletín mensual y recibirás la información más relevante por e-mail una vez al mes. Todas y cada una de las opciones son válidas, gratuitas y contribuyen a que esta web pueda seguir generando contenidos. Apúntate, ¿a qué esperas?
CÓMO ENCONTRAR SEGUROS DE VIAJE BARATOS (por te cae un malabar de fuego en la cabeza, ¡qué espero que no!)
Un espectáculo cutre que desgraciadamente llegó a Tailandia hace años a pesar de no tener que ver absolutamente nada con la cultura del país, eso mismo lo podemos ver en España.
¿Y a quién agrada? A un grupo de mochileros borrachuzos cuya aspiración es mamarse a base de buckets de Samsong y Red Bull y les importa un pimiento el respeto hacia los thais y su cultura, para eso que vayan a Magaluf.
No tengo ni la más remota idea del origen de este espectáculo Óscar pero a mi no me parece que le falte el respeto a nadie. Respecto al público creo que es muy variado. Cierto que los espectáculos de fuego pueden ser y son un reclamo en las fiesas más salvajes, pero también los ven parejas, familias y amigos que están tomando algo tranquilamente en la playa. A mi no me parecen cutres, cuando el malabarista es bueno me gustan y me parece una forma más de arte y habilidad, tan respetable como el resto. De hecho quienes los ejecutan parecen bastante felices, sin duda alguna más felices que cualquiera de las chicas que ‘baila’ en los bares de Na Na. Supongo que para gustos los colores. Gracias por tu comentario. Saludos desde Koh Phangan.