Madrid es una ciudad con más de 1.000 caras que personalmente encuentro mucho más agradable para vivir que para visitar. No obstante, un fin de semana en la capital de España al año no hace daño y con la compañía o las indicaciones adecuadas se puede disfrutar tanto o más que cualquier otro destino.
En esta ciudad que tiene más de barrio de lo que uno a primera vista pueda pensar, casi cualquier cosa que busques la encontrarás, con suerte a un precio asequible (aunque no necesariamente). Si aún no la conoces busca alojamiento y sal a su conquista con la mente abierta. A sorbitos pequeños estoy segura de que hasta al más rural le puede gustar.
Qué elegante y orgullosa luce siempre la Plaza Mayor de Madrid, no me extraña nada que a Pérez-Reverte le guste tanto alternar entre sus sombras. Aquí la tienes con sus arcadas, sus adoquines y sus candados, ¡como no! Pues tampoco la capital se libra de esta moda que anima a llenar de metales con mensajes estúpidos todo lo llenable. Espero que terminéis todos rompiendo, menos los que me caéis bien 😉
Si al llegar agosto te encuentras con que en Madrid no hay playa haz como los madrileños: huye a una o, ¡invéntatela! Encontrarás una suerte de solarium en el Parque de Santander, más conocido como del Canal de Isabel II, cerca de las paradas de Cuatro Caminos, Ríos Rosas y Canal. Si te pones junto a la fuente estaras bastante fresquito porque el aire (si lo hay) te traera de cuando en cuando parte de su agua. Ni se te ocurra poner los pies a remojo o vendrá el señor de seguridad a gritarte.
Las paredes de la capi están llenas de pintadas y mensajes. Algunos de ellos son auténticas obras de arte que esperan en silencio tu ojeada. Para muestra un botón: he aquí un super ojo multicolor, visto en la calle Modesto La Fuente, en el muy castizo y tranquilo barrio de Chanmartín.
La historia quiso dejar su marca de sangre en Madrid allá por mayo de 1808, mes en el que el pueblo se levantó contra las tropas francesas que pretendían llevarse al infante que más tarde sería Fernando VII (para lo que hizo después nos hubieran hecho un favor, pero en fin, eso es otra historia). A los héroes caídos durante este cruento episodio que sirvió de pistoletazo de salida a la Guerra de la Independencia se sigue recordando en forma de memorial. Este lo encontrarás en el alternativo barrio de Malasaña, uno de los más curiosos de la capital.
Madrid no es el sitio ideal para moverse en coche (a menos que sea agosto, cuando está medio vacío y las restricciones de aparcamiento son mucho menores) pero nunca diría que la gente conduce mal. He aquí la Plaza de Cibeles, corazón de la urbe, sin atasco ni nada. ¿Ves? No es para tanto. Si decides recorrerla en bici ándate con ojo y, a poder ser, repleto de pegatinas reflectantes.
Si quieres ver animalillos puedes ir al zoo, a Faunia, ¡o a la estación de tren de Atocha! Allí encontraras un estanque con infinidad de tortugas. Mientras unas nadan por el agua otras se apiñan sobre las plataformas de madera en busca de rayos de sol. A su alrededor decenas de viajeros las miran sacar las cabecillas. Curioso, ¿verdad?
No tengo muy claro que sea cierta la leyenda que reza de Madrid al cielo pero si que es verdad que si miras arriba encontrarás vistas muy bonitas. Las calles del barrio de Tribunal y Chueca están llenas de edificios antiguos de un par de alturas que muchas veces, en su interior, se organizan entorno a patios que llevan el nombre de corralas. Por dentro o por fuera da gusto verlas.
Para los amantes de la música esta ciudad es una suerte de paraíso. Tanto para el tema de conciertos (hay cientos de actuaciones de todo tipo cada mes) como para el de reliquias y curiosidades. Hasta The Beatles se venden en miniatura en la tristemente conocida calle Montera que conecta la Puerta del Sol con la Gran Vía.
Pero si hay algo en lo que Madrid se lleva la palma es en número de bares por metro cuadrado para ir de cañas. Los tienes de todo tipo, color y precio. Para saber dónde encontrarlos los más económicos ya sabes, no te pierdas 10 bares baratos para ir de tapas y cañas por Madrid (desde 0,60 euros). ¿Mi favorito (que no el más barato)? La Petisquería de Tribunal, no es ningún secreto.
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Je,je,je,je… Buenas observaciones y sugerencias. Es interesante patear Madrid, sobre todo si te gusta la Arquitectura, porque, mirando hacia arriba, en muchos lugares habituales encuentras detalles realmente curiosos. Como añadido, quizá estaría bien pasear por alguno de los parques de la ciudad, el del Oeste, el de Rosales, el del Retiro, que tiene, además, muchos rincones históricos y gente de todo tipo…
Cierto es, pero en diez fotos ni mucho menos me cabe todo Viajes de Primera. Je je je.