“Estaba dormida y no me daba cuenta, esto me ha despertado”. Nunca olvidaré su lectura cuando aquella mediocre agencia de noticias la despidió tras años de trabajo en condiciones esclavistas. Marchó a Nueva York. Lleva allí varios años, y cuando de ciento en viento vuelvo a saber de ella siempre tengo la misma sensación: es feliz. “Necesitaba tiempo para mi, para pensar, para conocerme”. […]
Hijas de la crisis
