Cómo preparar un viaje a Palermo en cinco minutos

¿Quieres visitar la quinta ciudad más grande de Italia, firme candidata a Capital Europea de la Cultura 2019, pero no tienes tiempo para preparar el viaje? ¡En Viaja en mi Mochila lo hacemos por ti! Sigue nuestros ‘sabios’ consejos y pronto te verás callejeando por una urbe con más de 20 siglos de historia, tomando el sol en una bonita playa siciliana y disfrutando una larga noche de fiesta a lo palermitano. Fai un buon viaggio e divertiti tanto amici!

1) CÓMO LLEGAR. Si vuelas desde Madrid, ¡Estás de suerte! El vuelo a Palermo que oferta Ryanair no podría tener mejor horario: despega los viernes a las 6:40 horas (aterrizas a las 9:15 horas) y regresa el domingo a las 17:20 horas (para las 19:55 horas vuelves a estar en España). Por unos seis euros un autobús te llevará del Aeroporto di Palermo-Punta Raisi, a unos 35 kilómetros de la ciudad, hasta la Piazza Castelnuovo Politeama (el centro).

2) DÓNDE DORMIR. Si te gusta estar en el centro pero no te apetece gastar de más echa un ojo al Hotel Regina, situado a 20 metros de Cuattro Canti, en la misma calle Victorio Emanuele Corso Calatafimi, la Gran Vía palermitana. Sencillo, limpio, económico (sobre todo si no te importa compartir baño) y a 7 minutos de la Stazione Centrale de tren andando. No obstante Palermo dispone de una amplia oferta hotelera así que busca y decide tú mismo.

3) QUÉ VER. Bulliciosa y decadente, la ciudad de Palermo esconde mil tesoros bajo su espesa capa de polvo. Vestigios de un interesante pasado protagonizado por fenicios, cartagineses, griegos, romanos, vándalos, árabes, normandos, aragoneses, austriacos, españoles y, finalmente, italianos. No te pierdas su gran Catedral árabe-normanda, el cruce de caminos de Cuattro Canti y las esculturas de la fuente de la Piazza Pretoria. Adéntrate por las estrechas calles de Ballaro (mejor de día que de noche), camina hasta la Piazza della Magione (¿sabes que cerca de aquí está la casa desde la que Guiseppe Garibaldi marchó –sin éxito– contra Napoleón III al grito de ¡Roma o Muerte! en 1862?), y vaga junto al Mediterráneo por el Foro Itálico o la Vía Cala (en Italia mayo es época de comuniones. Si caes por allí en esta época verás a grandes y a pequeños lucir sus mejores galas, más parecidas al vestuario del reprato de El Padrino que a las últimas tendencias de la pasarela de Milán). Por si esto fuera poco la capital de Sicilia está repleta de graffitis. Si vas con los ojos bien abiertos podrás observar en las paredes el estado de ánimo de la ciudad.
Hasta aquí solo un puñado de ideas para ir abriendo boca. Una vez allí te darás cuenta de que el patrimonio cultural de esta ciudad es inmenso. ¡Hazte con un mapa y descúbrelo tu mismo!

4) POR DÓNDE SALIR DE FIESTA. El animado mercado de la Vucciria de día se transforma en un inmenso mar de gentes que bailan, beben y se divierten ruidosamente de noche. Las voces no tardarán en llevarte hasta la Via Argentería y sus alrededores. El vino y la cerveza está tirados de precio en las barras de la calle (encontrarás unas cuantas frente al destartalado edificio de Banca Nación). Si quieres un bar con paredes entra en el Maggiore donde encontrarás ambiente joven y música decente (¡ojo! Ni es una discoteca ni se le parece). Ambiente ‘alternativo’ con cero pijerío. Si eres chica olvídate de llevar minifalda, escote o tacones a no ser que quieras tener un ejército de amables y muy insistentes sicilianos sitiando tu posición (si, a pesar de todo, te ves asediada por los locales puedes aplicar la ‘táctica’ que sugerimos si visitas Cefalù.

5) CÓMO IR A LA PLAYA. La playa de Palermo se encuentra en el barrio de Mondello, a unos 13 kilómetros de la ciudad, a los pies del monte Pellegrino. Para ir toma el autobús número 108 en la Piazza Politeama. Olvida el caos de la ciudad tumbado sobre la arena, date un baño en aguas del Mediterráneo, relájate viendo a otros practicar surf, vela o esquí acuático, pasea junto a los pequeños barcos del muelle y cómete un helado. Perfecto para ir una tarde. Si lo que pretendes es pasar el día en un rincón con algo más que sol y agua te recomiendo acercarte hasta Cefalù.

6) QUÉ COMER. No puedes marcharte de esta isla sin probar el cannolo siciliano, un dulce con forma de tubo con un montón de azúcar y queso ricota (y probablemente 2 millones de calorías pero, ¿A quién le importa? ¡Está muy bueno!). Para el aperitivo encarga una ración de arancini (o arancine), una suerte de croquetas de arroz, huevo y otros ingredientes. Son típicos de Mesina y, para mi gusto, un poco empalagosos. Por supuesto tiene que caer un helado (aquí, si quieres, te los ponen dentro de un brioche) y, ¡cómo no! Algún vino de la zona como, por ejemplo, un Sangue de Sicilia (te lo servirán en cualquier lado). Dicho esto solo puedo añadir buon appetito!

#POSTAMIGO

Palermo, el obligo del Mediterráneo, por Francisco Javier Domingo Bríngola

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