El Capricho, el único parque de Madrid que dedica un templo al dios del vino

Algo que olvidamos casi siempre los que no somos de Madrid es que hay parques más allá del Retiro. Así a bote pronto se me ocurren unos cuantos: el del Canal de Isabel Segunda, el del Oeste, el de la Casa de Campo, el de Europa, el del Pardo… Pero hasta hace bien poco desconocía  la existencia de un lugar llamado El Capricho.

El Capricho de Madrid es una suerte de finca a la que los Duques de Osuna dieron forma a su antojo entre 1787 y 1839. Es un parque peculiar en el que uno nunca sabe cuál es el siguiente elemento que se va a encontrar. Puede ser una exedra rodeada de emperadores romanos o un Casino de Baile con acceso desde el lago, o cualquier otra cosa que se te ocurra. Y así 14 hectáreas.

Templo de Baco, parque El Capricho, Madrid (España)

En el punto más alto de este pulmón verde hay un pequeño templo dedicado a Baco, dios griego del vino, cuya escultura aún habita su interior. A la divinidad de mármol no le faltan uvas ni perro para hacerle compañía.

A la derecha, en la parte baja y más antigua de la gran finca del Capricho, está ubicado un enorme laberinto de laurel. Sus setos se levantan por encima de las cabezas (al menos de la mía) y nunca quedan desnudos por ser la planta que les da forma de hoja perenne. Dicen que el recorrido mínimo hasta el centro este juego de plantas es de 370 metros lineales pero no he podido comprobarlo. Tanto el acceso al laberinto como al interior de todas las construcciones no le está permitido al público.

Laberinto de laurel del parque del Capricho – Madrid (España)

DETALLES EGIPCIOS

Llaman mucho la atención las efigies que custodian los pilares de la Plaza de los Emperadores, parecen traer aires de Egipto hasta la capital; así como el inmaculado Palacio de los Duques de Osuna a cuyos pies se abre una coqueta plaza que protagoniza la Fuente de las Ranas (no es muy difícil imaginar por qué).

Fuente de las Ranas ante el Palacio de los duques de Osuna - El Capricho, Madrid (España)

Una pena no poder entrar al Abejero, una peculiar construcción, única al parecer, que cuenta con una serie de buzones ideados para que las abejas construyeran sus panales dentro. ¿Qué por qué es peculiar esta construcción? Porque la pared interior de estos buzones es de cristal lo que permite a los huéspedes de la casa contemplar a los insectos en plena acción. El Gran Hermano abejil a principios del siglo XIX puedo ser una realidad.

Por su parte, la Casa de la Vieja o Casa de las Calabazas es digna de un cuento de Andersen. Cualquier bruja de libro hubiese estado encantada de vivir aquí. Otros hitos que irás encontrando en tu recorrido por el parque son la Ermita o Casa del Ermitaño, y el Viejo Puente (por el que por supuesto no se puede pasar). No te sorprendas si ves alguno más.

Casa de la Vieja del parque El Capricho – Madrid (España)

PARQUE DE ESTACIONES

Si tu lectura ha llegado hasta aquí supongo que ya tienes claro qué es lo peor del Capricho: que no se puede entrar en los edificios ni hacer nada en ningún sitio. Lo único que vale en este parque es contemplar y/o mirar. Con suerte sentarse en un banquito a descansar. Fin de la historia.

Aún con todo es una monada de lugar, por lo original de las estructuras que lo componen, todas o casi todas inspiradas en las corrientes artísticas dominantes en Europa a finales del siglo XVIII y principios del XIX, y por la belleza de unos jardines que van cambiando de color en función de la estación.

Estanque del parque El Capricho – Madrid (España)

Puedes visitar el parque en verano y en otoño y el resultado serán dos estampas con elementos comunes pero tonalidades totalmente diferentes. Lo mismo ocurrirá si vienes en invierno o en primavera. Sin faltar a la verdad puede decirse que Madrid puede presumir de tener un capricho para cada estación.

(El Capricho abre sábados, domingos y festivos de 9:00 a 18:30 horas entre el 1 de octubre y el 31 de marzo y de 9:00 a 21:00 horas del 1 de abril al 30 de septiembre. El acceso es gratuito, que no te asusten los tornos situados a la entrada. Puedes llegar cómodamente hasta él en metro tomando la línea 5 hasta la parada  El Capricho o Alameda de Osuna)

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#POSTAMIGO

El Capricho, un parque con aires románticos, por Ramón Moreno

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